Siguen las tensiones familiares en ‘Valle Salvaje’ mientras los secretos y las amenazas pueden hacer que todo salte por los aires.
La1 sigue con su táctica de programación con ‘Valle Salvaje’ y ofrecerá seis episodios esta semana en las tardes doblando la ración del serial de Bambú Producciones el jueves.
Lunes 21 de julio | Capítulo 214
José Luis avisa a Bernardo de que ya ha elevado la petición de la deuda a laos tribunales poniendo a los nuevos duques contra la pared.
Matilde está desesperada porque es consciente de que Bernardo y Mercedes no pueden hacer frente al pago de la deuda y esos les coloca con un pie fuera del valle. Se desahoga con Atanasio y a él se le ocurre una solución para la que precisa de su ayuda.

Rafael se enfrenta a su padre y le asegura que todos están con Mercedes y Bernardo y le le exige que los deje tranquilos. Además, le pide que asuma que Alejo tiene derecho que emparejarse con quien él ame independientemente de su clase social.
Victoria busca la alianza de Adriana para lograr romper la relación de Alejo y Luisa. Ella responde que la tendrán de frente si no los dejan en paz.
Julio pide a Adriana que le cuente la verdad sobre la paternidad del pequeño Evaristo aduciendo que es la única manera de frenar a su padre.
Amadeo se enfrenta a Eva acusándola de mangonearlo desde la muerte de su esposa. No aguanta más y va a poner remedio a esa situación.
Leonardo lucha por afrontar su traición a Bárbara mientras ella se muestra ilusionada con él.

Las cosas entre Rafael y Adriana cada vez están más tensas y él le exige saber si el hijo que espera es suyo.
En la Casa Grande, José Luis descubre que el hijo de Luisa es un Gálvez de Aguirre.

Martes 22 de julio | Capítulo 215
Rafael siente en carne viva el peso del desprecio de Adriana, una herida que se le clava más hondo con cada mirada esquiva.
Mientras tanto, Leonardo se consume por dentro. La culpa lo desborda por guardar ese beso secreto, que no lo deja en paz; busca en Bárbara una tregua, un respiro, intentando convencerla de que darse tiempo es la única salida para no hundirse.
Alejo y Bernardo comienzan a labrar algo más que la tierra: siembran un nuevo rumbo en las tierras del joven Gálvez de Aguirre. Pero sus movimientos no pasan desapercibidos. Rafael y Julio, sabiendo lo que está en juego, eligen el silencio. Ocultan la verdad a su padre para evitar más problemas.
Matilde, leal hasta el final, recibe el agradecimiento de Mercedes, aunque se niega a aceptar dinero que lleva el nombre de José Luis, un secreto que solo ella y Atanasio comparten. Pero incluso en medio del orgullo, hay espacio para la reconciliación. Mercedes, con el corazón en la mano, intercede por su sobrino. Y, por fin, la distancia se acorta y Alejo se reconcilia con Luisa.

Eva, movida por su sobrino, da un paso que nadie esperaba. Se acerca a Isabel, abre una puerta cerrada durante demasiado tiempo, dejando atónito incluso a Amadeo. El gesto es pequeño, pero el impacto, profundo.

Bernardo y Mercedes, en un giro que parecía imposible, vencen a José Luis y Victoria. Les plantan cara, les pagan la deuda y, con la frente en alto, les cierran para siempre las puertas de su casa. Es un momento de victoria que huele a justicia.

Pero no todos los enfrentamientos se resuelven con dignidad. Úrsula, al verse rechazada de nuevo, recurre al veneno de las amenazas para imponerse a Rafael, que ya no encuentra paz ni siquiera en su silencio.
Y Leonardo, por fin, se decide. El peso de la culpa ha hecho mella en su alma. Sabe que no puede seguir ocultando lo que lo atormenta. Con el corazón en un puño, se prepara para contarle la verdad a Bárbara. Porque hay momentos en los que solo la verdad puede salvarnos.

Miércoles 23 julio | Capítulo 216
La llegada de Pedrito lo cambia todo. Su sola presencia silencia en Leonardo una verdad que le quema por dentro: lo que ocurrió entre Irene y él. No puede contárselo a Bárbara todavía. Pero la culpa le corroe, y por más que Irene le insista en callar, Leonardo está decidido a poner fin a esa agonía. Ya no puede cargar con el peso del silencio.

Mientras tanto, en las tierras, Alejo y Bernardo se entregan al trabajo con determinación, ajenos a la tormenta que se avecina. Cuando José Luis se entera de lo que están haciendo, estalla en cólera. La tensión en la Casa Grande es insoportable: padre e hijos se enfrentan, y las viejas heridas no tardan en abrirse.

En ese clima denso, Úrsula sigue moviendo hilos, fiel confidente de Victoria, pero con un plan propio que avanza sin pausa. En la Casa Pequeña, Luisa y Matilde no bajan la guardia. Están convencidas: alguien de los suyos les está traicionando, y no piensan quedarse de brazos cruzados.

Como si el ambiente no fuera ya lo bastante tenso, reaparece Pepa, la hermana de Luisa. Llega con malas noticias: la han despedido del trabajo, y su futuro es incierto. Otro golpe para una familia que no deja de tambalearse.

Úrsula, imperturbable, continúa con su juego. Le revela a Rafael que, después de la boda, se irán con su padre. Nada está dejado al azar. Pero Rafael, atrapado entre la culpa y el desamor, no lo soporta más. Herido, se abre a Adriana y le lanza una confesión: si anunció la fecha del compromiso fue porque Úrsula le amenazó.
Adriana, en medio de todo, encuentra al menos un consuelo: su hermana la apoya en su embarazo. Pero el roce con Rafael sigue siendo inevitable. Amor, engaño y secretos se entrelazan sin respiro. Y nadie, en ninguna de las casas, saldrá ileso.
Jueves 24 de julio | Capítulo 217
Rafael, cansado de las sombras que le envuelven, decide hablar con el corazón. Le cuenta todo a Adriana: cómo Úrsula lo ha estado extorsionando, cómo sus actos no han sido por desamor, sino por miedo. La confesión, tan dolorosa como liberadora, abre un espacio que parecía perdido. Se reconcilian, silenciosamente, lejos de miradas, mientras Julio, ajeno a este giro, sigue intentando mediar entre ellos, creyendo que aún se odian.
Pero no todo encuentra su cauce. Adriana, pese a los intentos de Victoria, rechaza acompañarla a conocer a la comadrona. Las heridas aún son recientes, y la desconfianza, profunda.

José Luis comienza a tejer sus propias sospechas. No entiende cómo Alejo ha podido comprar sus tierras y, sin pruebas pero con rabia, acusa a Julio de estar fallándole, de no hacer lo que se espera de él.
Mientras tanto, Leonardo, en una decisión que desobedece las órdenes de José Luis, se ofrece a ayudar a Bernardo. La lealtad, en su caso, ya no sigue el apellido.
En la Casa Pequeña, Amadeo no logra entender el cambio en Isabel. La nota distante, esquiva. Cuando por fin se atreve a preguntarle, la respuesta de la gobernanta no hace más que confundirlo aún más. Algo se le escapa, y empieza a temer lo peor.
Pepa, aún conmocionada por su despido, no encuentra explicación. Es Mercedes quien, con gesto serio, desvela la verdad: ha sido Victoria quien ha presionado para apartarla. La injusticia deja un amargo sabor que ni el silencio puede disimular.
Bárbara sigue buscando una forma de romper el hielo con Leonardo, de recuperar lo que alguna vez creyó posible. Pero él, distante, seco, se encierra aún más. La joven Salcedo no oculta su disgusto.

José Luis decide ir a la Casa Pequeña en busca de Alejo. Pero no contaba con la determinación de Bernardo, ni con los límites que está dispuesto a cruzar para proteger a los suyos. La confrontación deja a José Luis con más preguntas que respuestas… y la certeza de que ya no controla todos los hilos.
Jueves 24 de julio | Capítulo 218
La tensión vuelve a desbordarse en la Casa Grande y en cada rincón donde se siente su sombra. Bernardo, inflexible, impide que José Luis encuentre a su hijo, decidido a no ceder ante los chantajes emocionales del patriarca. La grieta entre padre e hijo ya no se oculta: es un abismo.
Mientras tanto, Julio y Úrsula siguen avanzando con sus planes, aferrados al control y la estrategia. Pero el tablero comienza a resquebrajarse. Rafael y Adriana, acorralados, logran encontrar una salida para detener los constantes ataques de Úrsula. La presión es insoportable y el tiempo, limitado.
Victoria, cada vez más consciente del alcance del conflicto entre los duques, decide acudir a Julio. Le suplica que intervenga, que frene una guerra que amenaza con arrasarlo todo.
Pero no es la única que juega con fuego. Eva, en silencio, sigue alimentando la gran mentira: que Amadeo tiene un problema con las mujeres. Una mentira que no solo destruye su reputación, sino que envenena la mirada de Isabel, hasta el punto de llegar a agredirlo físicamente. La desconfianza, ahora, también duele con el cuerpo.
En otro rincón de la historia, Pepa llega con el pequeño Evaristo en brazos. Exhausta, reconoce que ya no puede más. Las presiones de la Casa Grande sobre ella y sus hermanos se han vuelto insoportables. El hambre del niño es un grito que no puede silenciar. Pide ayuda, al fin.
Luisa, con la serenidad de quien ha sufrido en silencio, enfrenta a Alejo y le muestra el alcance de sus actos. Él escucha, pero el peso de la culpa lo arrastra. Busca redención y se presenta ante su padre, José Luis, quien, sin titubear, lo echa de casa. No hay perdón posible en su mirada. Solo rencor.
Irene, cada vez más atrapada entre lealtades rotas y decisiones ajenas, acude a Julio. Le exige que intervenga, que actúe antes de que todo estalle.

En medio de ese caos, Rafael y Adriana reúnen el valor para contarle a Julio la verdad que los asfixia: Úrsula los ha descubierto y está chantajeando a Rafael. La partida ha cambiado, pero aún no se sabe quién tiene las cartas más peligrosas.
Viernes 25 de julio | Capítulo 219
Julio mantiene la compostura frente a Adriana y Rafael, pero bajo esa calma ensaya una jugada peligrosa: pone a Úrsula sobre aviso. La estrategia que ella había urdido se tambalea, expuesta, desarmada. En paralelo, Alejo informa a Bernardo y Mercedes de la prohibición impuesta por el duque, sellando con ello una nueva etapa de conflicto soterrado.

Francisco, incansable, logra por fin descifrar el enigma que ha distanciado a Isabel de Amadeo, mientras Adriana, herida en su orgullo y en sus principios, se enfrenta con firmeza a José Luis tras la llegada inesperada de una comadrona a la Casa Grande. No es solo una presencia ajena: es una declaración encubierta.

Mercedes, por su parte, conquista la gratitud de Luisa al acoger a su hijo, mientras Pepa, sin fisuras, alza la voz para defender a Alejo ante su hermana. En un movimiento inesperado, Julio, Rafael e Irene forman un frente unido en defensa de Alejo, exigiendo al duque que abandone su cruzada contra Bernardo y su tía. Lo que sigue deja al patriarca desconcertado: Victoria, hasta ahora en la sombra, se presenta ante Bernardo con una oferta de tregua. Su tono es firme, su decisión, inequívoca.

Mientras tanto, Leonardo, consumido por la impotencia y el dolor ante su situación con Bárbara, encuentra en Irene una aliada dispuesta a tenderle la mano y ayudarlo a enfrentar su verdad.

Pero no todo se resuelve en los grandes salones: en la casa pequeña, Matilde y Pepa se enfrentan al miedo tangible, real, encarnado en la amenaza silenciosa de un desconocido que acecha desde la sombra.

Guía para no perderse en ‘Valle Salvaje’
La1 ha estrenado esta semana ‘Valle Salvaje’, nuevo serial de época para sus tardes. Descubre todos los personajes de la historia.
REPARTO DE ‘VALLE SALVAJE’
Rocío Suárez de Puga (Adriana Salcedo de la Cruz y Millán), Marco Pernas (Rafael Gálvez de Aguirre), José Manuel Seda (José Luis Gálvez de Aguirre, duque de Valle Salvaje), Nacho Olaizola (Julio Gálvez de Aguirre), Mateo Jalón (Alejo Gálvez de Aguirre), Sabela Arán (Victoria Salcedo de la Cruz y Millán), Marina Sabadell (Irene Gálvez de Aguirre), Emma Guilera (Bárbara Salcedo de la Cruz y Millán), Iván Renedo (Pedrito Salcedo de la Cruz y Millán), Mari Paz Sayago (Isabel), María Redondo (Matilde), Miren Arrieta (Mercedes), Toni Salgado (Bernardo, antiguo Duque de Miramar), Alejandro Bordanove (Atanasio), Julen Katsi (Leonardo de Guzmán), Cristina Abad (Úrsula), Chiqui Fernández (Eva), César Maroto (Amadeo), Rafa Álamos (Francisco), Óscar Rabadán (Hernando de Guzmán), Elena Navarro (Pepa) y Loren Mairena (Luisa).
Han participado Manuela Velasco (Pilara), Chechu Salgado (Gaspar), Inma Sancho (Raimunda), Fernando Albizu (Antonio), Tomás del Estal (Evaristo), Elena Rossi (Juana), Fernando Corral (Domingo), Armand Villén (Galeno Hernández), Xavi ‘Jabato’ López (Sol), Josh Climent (Eustaquio), Eugenio Barona (Capitán Toribio de la Vega), Claudia Oslé (María) y Pepe Pérez (sacerdote).











