Van en contra de la norma y denuncian que contempla multas de 1.500 euros por jugar a la pelota en la calle.
Decenas de familias han salido este martes por la tarde a jugar a la Plaça dels Patins en un acto de desobediencia cívica. El objetivo: rechazar la nueva ordenanza del PP en Palma, que prevé sanciones de hasta 1.500 euros por jugar a la pelota en la vía pública.
La protesta, impulsada por Més per Palma, forma parte de una campaña contra lo que califican como una «Ordenanza (In)cívica», que criminaliza actividades cotidianas como el juego en la calle.
“Jugar no es un delito. Lo que es incívico es prohibir la vida en el espacio público”, ha denunciado el concejal Miquel Àngel Contreras. Desde Més acusan al alcalde Jaime Martínez de convertir el juego infantil en un problema de convivencia.
Durante la jornada, niños y niñas jugaron libremente, acompañados de madres, padres y vecinos que exigieron una ciudad más humana, con espacios donde crecer y convivir. Denuncian que el Ayuntamiento prioriza coches y turistas por encima de la vida vecinal.
Para MÉS per Palma, esta ordenanza es solo una pieza más de una estrategia del gobierno municipal del PP y Vox para recortar derechos y libertades. Además del juego, las nuevas normas también afectan a artistas callejeros, activistas sociales y personas vulnerables.
“Con estas medidas, Palma deja de ser un lugar para vivir y se convierte en una ciudad vigilada donde solo cabe quien pueda pagarla”, concluyen.