Una mujer de 72 años es acusada de delito de falsedad documental después de ser sorprendida utilizando una tarjeta de estacionamiento para personas con movilidad reducida falsa.
La Policía Local de Palma ha abierto diligencias contra una mujer de setenta y dos años por un presunto delito de falsedad documental después de ser sorprendida utilizando una tarjeta de estacionamiento para personas con movilidad reducida que, según la investigación, era falsa.
La sospecha nace en un gesto: ocultar la tarjeta
Los hechos tuvieron lugar el pasado 18 de noviembre. Agentes del Equipo Comunitario de Proximidad (ECOP), dentro de la campaña “Palma Cívica”, observaron un vehículo estacionado en una zona de carga y descarga. Nada extraño… hasta que miraron el parabrisas.
La tarjeta de movilidad reducida presentaba irregularidades evidentes. Demasiadas. Las que ya hacen arquear la ceja del policía experimentado.
Cuando la conductora regresó al vehículo, su reacción lo dijo todo: retiró la tarjeta con rapidez, intentando ocultarla. A preguntas de los agentes, aseguró que pertenecía al antiguo propietario del vehículo, un coche que —según dijo— había comprado en Alemania. Pero la historia no encajaba.
Reincidencia
La investigación reveló un dato clave: la mujer ya había sido denunciada por un caso similar en 2021. Entonces utilizó la tarjeta caducada de su propio hermano. Un hermano que llevaba dieciséis años fallecido. El antecedente convirtió una infracción en un patrón.
La Sala de Atestados inició las gestiones para verificar la autenticidad del documento. Contactaron con el Ayuntamiento de Düsseldorf, supuesta entidad emisora. La respuesta fue contundente: no habían expedido ninguna tarjeta con esas características.
Con esa confirmación, la falsedad quedaba prácticamente desmontada.
La mujer fue informada de su condición de investigada no detenida, cumpliendo el protocolo habitual en estos casos. Las diligencias ya han sido remitidas a la autoridad judicial, que deberá determinar ahora las responsabilidades penales.










