Un ciudadano que vive en la calle Cabana, nos envía una fotoqueja contándonos los problemas que generan unos árboles situados a la altura del número 36. Se pregunta ¿de quién fue la gloriosa idea de sembrar estos árboles?. Se queja de que “cuando es la temporada de las flores llenan de resina los coches, cuando se caen las flores, el suelo se pone pegajoso e impracticable, en primavera y verano atraen insectos voladores y tenemos plagas en las plantas bajas. En invierno se caen las hojas y hay mini hojitas por todo, estoy harto de barrer, aspirar, fregar y no poder disfrutar de la terraza por la plaga de insectos que la savia de los árboles atrae, no por mi, por mis hijos».