Recuerdan que llevan advirtiendo de lo que podía ocurrir desde hace ocho años y reclaman soluciones inmediatas.
La alarma patrimonial ha estallado en Palma. La torre medieval situada junto al Baluard de Sant Pere ha sufrido un derrumbe gravísimo que ha encendido todas las alertas. ARCA ha dado la voz de alarma porque no se trata de una caída superficial o de una grieta menor. Es un colapso profundo, visible, que afecta directamente a un elemento histórico clave del siglo catorce. Un símbolo olvidado. Un aviso que ahora ha llegado demasiado tarde.
La estructura, levantada sobre restos de época islámica y vinculada a la antigua caserna de armas de la Porta de Portopí, presentaba síntomas de desgaste desde hace años. Instituciones y expertos lo sabían. ARCA lo había advertido una y otra vez. Ocho años reclamando una restauración que nunca llegó. Ocho años escuchando promesas vacías, reuniones, borradores de proyectos, palabras que hoy se estrellan contra la evidencia: la torre no aguantó más.

Las imágenes hablan por sí solas. Parte del lienzo oriental del muro, construido mayoritariamente en tapial reforzado con mortero, se ha desplomado dejando al descubierto una herida profunda. Es un fragmento de grandes dimensiones, no un simple desconchón. Es un aviso de que el resto podría seguir el mismo camino si no se actúa con urgencia.
ARCA ha mostrado una indignación absoluta. En su comunicado no hay medias tintas. Reclama acción inmediata. Exige presencia urgente de profesionales especializados en restauración que estabilicen la estructura y frenen nuevos derrumbes. Subrayan la importancia de estudiar arqueológicamente los materiales caídos, pues fragmentos cerámicos o restos constructivos podrían revelar datos valiosos sobre las fases históricas del monumento. Y alertan: hay más zonas gravemente afectadas por la pérdida de mortero, lo que compromete la integridad del conjunto.
La entidad patrimonial recuerda que no están solos en esta denuncia. En varias reuniones del Centre Històric, la arquitecta Joana Roca también insistió en la necesidad de una restauración urgente. No se trataba de una intuición. Era un diagnóstico claro. Hoy ese diagnóstico se convierte en emergencia.
ARCA lo resume con contundencia: hace falta una contención inmediata ante nuevos desprendimientos, la conservación y el estudio de las piezas colapsadas y, sobre todo, un proyecto de restauración integral serio, urgente y dirigido por profesionales de la restauración. Nada de parches. Nada de retrasos. La torre es un Bien de Interés Cultural. Un BIC. Uno de los pocos vestigios visibles de la época islámica que quedan en Palma y, además, de propiedad pública. Recuerdan que su pérdida sería irreparable.
Peticiones de ARCA
- Actuación de urgencia inmediata
Intervención urgente de un profesional de la restauración para estabilizar la torre y frenar nuevos derrumbes. - Contención de posibles esbaldregamientos
Medidas inmediatas para asegurar la estructura y evitar que caigan más fragmentos del lienzo del muro. - Conservación y estudio arqueológico de las restes caídas
Analizar tierra, piedra y otros materiales desprendidos porque pueden contener piezas cerámicas u otros elementos de valor histórico. - Proyecto de restauración integral urgente
Un plan serio, completo y ejecutado por profesionales especializados en restauración patrimonial. - Atención especial a las zonas con pérdida de mortero
Reparar las áreas dañadas que ya comprometen la integridad del monumento. - Reacción inmediata de las instituciones
Exigir al Consell Insular y al Ayuntamiento de Palma que actúen sin más retrasos.










