ARCA celebra la futura compra de este emblemático edificio industrial del siglo XX.
La asociación ARCA (Associació per a la Revitalització dels Centres Antics) ha expresado su satisfacción por la futura compra de Sa Fàbrica Nova de Sóller, un emblemático edificio industrial del siglo XX que se encontraba en estado de abandono y deterioro.
Desde la entidad recuerdan que hace dos años ya solicitaron a las administraciones públicas que adquirieran el inmueble, considerando que era la única manera de evitar su degradación total. «Lo lamentable —afirman desde ARCA— es que no se aprovechara la oportunidad cuando la propietaria legó el edificio al Ayuntamiento con la intención de convertirlo en un museo». Ahora, señalan, será necesario destinar tres millones de euros para su adquisición, pero no hacerlo “condenaría Sa Fàbrica Nova a la máxima degradación”.
Sa Fàbrica Nova es, según la declaración del Consell de Mallorca, “la única fábrica de tejidos de Mallorca que conserva todos sus componentes arquitectónicos y gran parte de su maquinaria original”. Por este motivo, está incluida en el Catálogo de Patrimonio Industrial del Plan Nacional de Patrimonio Industrial, al mismo nivel que otros símbolos de la arqueología industrial balear como la Central Térmica de Alcúdia o Es Sindicat de Felanitx.
ARCA destaca que los tres edificios están ahora bajo responsabilidad del Consell Insular de Mallorca, lo que implica, según la asociación, “una gran responsabilidad en su conservación y puesta en valor”.
Pese a haber sido víctima de vandalismo, saqueos e incendios, Sa Fàbrica Nova aún conserva muchos elementos originales que, para ARCA, son imprescindibles de preservar. En este sentido, celebran que finalmente haya imperado el criterio de la conservación y que el Consell tenga la intención de convertir el edificio en un museo textil, proyecto que consideran adecuado tanto por la envergadura del inmueble como por el pasado industrial de Mallorca.
ARCA también exige que el Ayuntamiento de Sóller se implique activamente en el proceso de rehabilitación, recordando que es corresponsable de la situación actual. “Es el municipio quien saldrá más beneficiado por tener un Bien de Interés Cultural (BIC) de primer orden en su término”, apuntan. Además, subrayan que el Ayuntamiento fue quien calificó el planeamiento urbanístico y quien está demandado por la propiedad.
Para ARCA, esta operación puede poner fin a años de gestión errónea por parte de las administraciones, pero advierten que la urgencia sigue vigente. Piden que la inversión no se limite a la compra del inmueble, sino que se destine también al desarrollo de un proyecto sólido para sus futuros usos culturales.
“El patrimonio está de enhorabuena. Si se actúa con urgencia y criterio patrimonial, podremos recuperar un espacio histórico clave para la memoria industrial de Mallorca”, concluye ARCA.