Cuatro templos donostiarras se baten este martes por el título y 10.000 euros en ‘Batalla de Restaurantes’.
La merluza vuelve a ponerse seria. Y quien la enfrenta es Alberto Chicote, que este martes a las 22:45 horas llega a laSexta con un nuevo enfrentamiento de ‘Batalla de Restaurantes‘, uno de los formatos más exitosos del entretenimiento nacional. El chef vuelve a ejercer de árbitro absoluto en una contienda gastronómica donde cuatro locales de una misma ciudad se juegan 10.000 euros y, sobre todo, el honor de convertirse en el mejor restaurante de su región. Esta vez, la lucha se decide en San Sebastián, donde la merluza no es solo un pescado: es cultura, tradición y orgullo culinario.
La mecánica es conocida, pero nunca resulta previsible. Los propietarios compiten entre sí valorándose de 0 a 10 en seis categorías esenciales. A sus notas se suma el veredicto de Chicote, una puntuación que puede apuntalar o derrumbar cualquier clasificación. Y, en esta tercera temporada, hay un elemento que añade vértigo a la ecuación: el temido tenedor rojo y su contrapeso, el tenedor amarillo. Armas nuevas en manos de Chicote para restar puntos cuando las normas no se cumplen. Un giro que promete emoción, tensión y más de un vuelco inesperado.
San Sebastián, territorio sagrado de merluzas
Si hay una ciudad que puede presumir de dominar la merluza en todas sus versiones, es San Sebastián. En salsa verde, a la koxkera o a la donostiarra… no hay hogar o restaurante que no haya elevado este producto a excelencia culinaria.
Ese es, precisamente, el reto de esta entrega: encontrar la mejor merluza donostiarra. Nada menos.
Los cuatro contendientes
La ruta arranca en Aldaba, el establecimiento que dirige Fernando de los Ríos, un clásico de la ciudad. Su carta rezuma tradición y respeto absoluto por el recetario donostiarra. La merluza, aquí, es casi un asunto espiritual.
El viaje continúa en Usarbi, un restaurante familiar en el que Helena Añorga y sus dos hijos mantienen vivo ese pulso entre herencia culinaria y evolución. Su propuesta, íntima y cercana, puede convertirse en una de las grandes sorpresas de la noche.
La batalla sigue en Haizea Jatetxea, ubicado dentro de un hotel y comandado con desparpajo por Laureano Robles. Su cocina promete técnica y frescura, un estilo que puede conquistar tanto a sus rivales como al propio Chicote.
Y cierra la competición Azoka, el proyecto del madrileño Rubén González, que ha decidido plantar su personalidad gastronómica en pleno corazón donostiarra. Su interpretación de la merluza será clave para demostrar si el talento foráneo puede medir fuerzas ante décadas de tradición local.
Cuatro restaurantes, cuatro filosofías. Un único objetivo: convencer al chef más temido de la televisión.
El veredicto del chef
Chicote no solo prueba, evalúa. Analiza técnica, sabor, coherencia y servicio. Su puntuación es decisiva. Puede certificar la victoria de un restaurante o desmontar la estrategia de quien se veía ya acariciando los 10.000 euros.
Y a todo esto se suma el factor psicológico: los participantes saben que cualquier desliz —un incumplimiento, una mala praxis, una jugada poco ética— puede invocar el temido tenedor rojo. Un gesto de Chicote y adiós puntos. Un gesto capaz de cambiar el destino de la competición.
