La Policía Nacional le acusa de estafa y falsedad documental.
Agentes de la Policía Nacional en Palma han detenido a un hombre acusado de estafa y falsedad documental. Había cobrado alquileres haciéndose pasar por una inmobiliaria local. Lo hacía con una habilidad que, según los investigadores, rozaba la precisión quirúrgica.
Contratos falsificados y documentación clonada
La investigación arrancó cuando el responsable de una inmobiliaria de Palma detectó irregularidades en varios arrendamientos. Alertado por movimientos que no encajaban con los procedimientos internos, presentó denuncia ante la Policía Nacional. Ese aviso encendió la señal de alarma.
El Grupo de Delincuencia Económica y Delitos Tecnológicos comenzó a tirar del hilo y pronto se toparon con un escenario más complejo: el presunto autor habría logrado arrendar al menos tres viviendas gestionadas por la empresa, sin su permiso y sin que nadie dentro de la entidad supiera lo que estaba ocurriendo.
Según desvela la investigación, el detenido utilizó el nombre comercial, el logotipo y la documentación corporativa de la inmobiliaria. Reprodujo los contratos habituales y los modificó, sustituyendo la cuenta bancaria legítima por dos cuentas bajo su control personal. Con ese simple pero efectivo movimiento, los inquilinos transferían los pagos creyendo que estaban abonando el alquiler de forma oficial.
Pagos desviados y posibles víctimas aún por identificar
Hasta el momento, los agentes han localizado a tres perjudicados directos. Los importes desviados ascienden ya a 5.714 euros, aunque la cifra podría aumentar. La inmobiliaria continúa revisando otros contratos donde se sospecha que el detenido pudo haber intervenido, lo que abre la puerta a un perjuicio económico mayor y a más perjudicados que todavía no han dado señales.
Una operación aún en marcha
Tras identificarlo y localizarlo, los agentes procedieron a su detención el pasado viernes. El individuo está acusado de un delito de estafa y falsedad documental, dos delitos que reflejan la gravedad de una trama que no solo vulneró la confianza de los inquilinos, sino también la imagen de la inmobiliaria utilizada como tapadera.
La investigación continúa abierta. El Grupo de Delincuencia Económica y Delitos Tecnológicos trabaja ahora para determinar si existen más contratos fraudulentos, si hay nuevas víctimas y hasta dónde llega el entramado. Todo apunta a que el caso puede seguir creciendo a medida que avanza la revisión interna de la inmobiliaria afectada.











