Acosaban a su víctima culpándole de romperle el móvil. Le seguían y acosaban para intimidarle.
La Policía Nacional ha detenido en Manacor a dos jóvenes españoles, de 19 y 24 años, como presuntos autores de delitos de extorsión, daños y lesiones. Intimidaron a varias víctimas para obtener dinero.
Violento modus operandi
El último de los casos denunciados tuvo lugar el 30 de diciembre. La víctima se encontraba en una parada de autobús junto a un amigo cuando un grupo de jóvenes se acercó con la excusa de preguntar sobre las líneas de transporte. De pronto, uno de ellos arrojó su propio teléfono móvil al suelo. Acto seguido, culpó a la víctima del supuesto daño y le exigió el pago de 1.000 euros.
Ante la creciente agresividad de los extorsionadores, la víctima subió al autobús para alejarse, pero fue seguida y rodeada dentro del vehículo. Durante más de 30 minutos de trayecto, los agresores no dejaron de increparla y amenazarla, generando un clima de miedo e intimidación.
Al llegar a la parada, el joven que exigía el dinero bloqueó la puerta del autobús, intentando obligar a la víctima a bajar. Sin embargo, el afectado, presa del pánico, avisó a su padre a través del móvil. El progenitor acudió rápidamente y trató de calmar la situación, ofreciendo recoger a su hijo en otro punto seguro.
No obstante, uno de los agresores persiguió al padre hasta su vehículo, golpeando violentamente la puerta del coche y propinándole un puñetazo en la cara, causándole lesiones y daños materiales valorados en más de 2.000 euros.
Antecedentes por un hecho similar
Las investigaciones de la Policía Nacional revelaron que estos mismos individuos ya habían sido detenidos el 19 de febrero por un delito de extorsión cometido con el mismo método. En ese caso, ocurrido el 23 de diciembre, abordaron a otra víctima en una parada de autobús con la excusa de pedirle ayuda para leer unos carteles. Al levantarse la víctima, dejaron caer intencionadamente un teléfono móvil, exigiéndole dinero como compensación.
Inicialmente, el joven se negó a pagar, pero la presión y el miedo le llevaron a acordar un pago de 150 euros. Obligado por las amenazas, fue escoltado hasta un cajero y, al no poder retirar efectivo, se dirigió a una sucursal bancaria donde extrajo el dinero exigido.
Gracias a la denuncia de las víctimas y a la labor del Grupo de Policía Judicial de Manacor, los agentes lograron identificar a los sospechosos y proceder a su detención el pasado 13 de marzo. Uno de ellos está acusado de extorsión, daños y lesiones, mientras que el otro enfrenta cargos por extorsión.
Ambos jóvenes son considerados reincidentes, utilizando un mismo patrón delictivo basado en la intimidación y la violencia para obtener dinero de sus víctimas. La Policía Nacional continúa con las investigaciones para esclarecer si podrían estar implicados en otros hechos similares.
