Inca inaugura una exposición que une creatividad y salud menta este miércoles 3 de septiembre.
El próximo miércoles 3 de septiembre a las 12:30 horas, el histórico Claustro de Sant Domingo de Inca acogerá la inauguración de la Exposición de Pintura Creativa, organizada por la Unidad Comunitaria de Rehabilitación (UCR) de Inca, en colaboración con el Ayuntamiento de Inca y el Hospital Universitario Son Espases.
Más que una muestra artística, esta exposición es el resultado de un proyecto transformador que conecta arte y salud mental, y que ha ofrecido durante un año un espacio seguro donde personas con trastorno mental grave (TMG) han podido expresarse, sanar y reencontrarse consigo mismas a través de la pintura.
Un canal para las emociones que no siempre encuentran palabras
La pintura se convierte aquí en un lenguaje alternativo y liberador, capaz de expresar emociones como la ansiedad, la depresión o el miedo, que en muchas ocasiones resultan difíciles de verbalizar. Este taller ha sido una herramienta terapéutica para ayudar a identificar, exteriorizar y gestionar sentimientos profundos desde la creatividad.
Como señala el equipo de la UCR de Inca: «La esperanza y la resiliencia pueden surgir en las personas con TMG. ¿Qué proceso mejor que este —crear y reflejarse a uno mismo a través del arte, con las capacidades únicas de cada persona plasmadas en un cuadro, una lámina o un simple papel— para buscar, y tal vez encontrar, la belleza que nos rodea y un sentido para la vida?»
Una exposición que visibiliza, humaniza y emociona
Las obras que se presentan al público son fruto de un año de trabajo tanto personal como colectivo. Esta exposición no solo busca mostrar resultados estéticos, sino reconocer a las personas detrás de cada obra, romper estigmas sociales y abrir un espacio de sensibilización, empatía e inclusión.
La muestra podrá visitarse hasta finales de septiembre, y su inauguración será un acto abierto a toda la ciudadanía, pensado como un punto de encuentro donde arte y salud mental caminan de la mano.
En un mundo donde hablar de salud mental aún sigue siendo un reto, esta exposición se alza como un grito silencioso pero poderoso: el arte también cura, y puede convertirse en un vehículo para recuperar la voz, la identidad y el lugar en el mundo.










