Ilusión, química y trabajo: el Fibwi Mallorca 2025-26 ya se entrena en Son Moix.
El balón ha vuelto a botar en Son Moix. El Fibwi Mallorca Bàsquet Palma ha iniciado su preparación para la temporada 2025-26 con el regreso a Primera FEB como gran aliciente. Tras tres años de ausencia, el club mallorquín arranca una nueva etapa cargada de ilusión y ambición.

La plantilla, a las órdenes del segundo entrenador Rubén Escalas en ausencia de Pablo Cano —actualmente concentrado con la selección de Chipre en el Eurobasket—, ha completado su primer día de entrenamientos. También se espera la incorporación del argentino Juan Bocca, aún en tránsito tras disputar la Americup, y del cubano Pedro Bombino, pendiente de trámites administrativos.
En la pista, caras nuevas como Matulionis, Bracey, Smith, Capalbo y el mallorquín Óscar Siquier —que ya ha trabajado este verano con Escalas— se han mezclado con los cinco supervivientes del año del ascenso: Jorge Martínez, Aramburu, Spencer, Beraza y Brian Vázquez. Un núcleo que aporta continuidad y cohesión.

“Es clave que sigan cinco del año pasado. Ya hay conexiones, eso se nota desde la primera charla”, ha asegurado Rubén Escalas, que ha insistido en la importancia de la química de grupo. “Aquí no solo se ficha talento, también personas”, ha remarcado.
Desde el vestuario, Xabi Beraza ha dejado clara su motivación: “Tengo una espina clavada. Estuve en esta liga, pero no la jugué. Este año quiero demostrar lo que puedo dar”. El ala-pívot vasco confía en que el ambiente del grupo y el contexto del club sean el entorno ideal para reivindicarse.

Guillermo Boscana, presidente del club, no esconde la emoción de este nuevo ciclo: “Volver a Primera FEB era un sueño. Lo hemos logrado y ahora toca disfrutarlo”. Con un bloque equilibrado entre experiencia y juventud, el club busca consolidarse en la categoría. Boscana también ha hecho un guiño a la afición: “Estamos cerca de los 500 socios. Queremos llegar a 750. Necesitamos que compartan la ilusión que sentimos nosotros”.
La pretemporada avanza con el objetivo puesto en el primer test serio, el partido ante el Palmer. Pero la verdadera meta está más lejos: construir un equipo competitivo, unido y capaz de dejar huella en la liga. Son Moix ya huele a baloncesto del bueno.











