El artista visual Leonardo Cóndor firmó una experiencia multisensorial para el deleite de los invitados.
El histórico Palacio Can Marqués vivió este viernes una noche mágica. No fue solo una exposición, sino una experiencia multisensorial firmada por el artista visual Leonardo Cóndor, afincado en Mallorca.
Desde las 18:00 hasta las 21:00, más de treinta obras fotográficas —de gran y pequeño formato— se integraron con la arquitectura barroca del edificio como si siempre hubieran formado parte de él. El recorrido comenzaba en la planta baja, donde los asistentes eran recibidos entre libros, imágenes y una pieza singular: una fotografía impresa sobre un misterioso granito blanco.

Sin embargo, la estrella de la velada fue una creación inédita: una bailarina de siete metros, impresa sobre tela y suspendida en el patio interior. La imagen flotaba al ritmo de un piano en directo, generando un ambiente onírico, poético y profundamente emocional.
El evento, acompañado de vino, cava y agua, llevó a los visitantes por las distintas plantas del palacio. Cada nivel ofrecía nuevas obras, postales artísticas y fotografías intervenidas con pan de oro. En la biblioteca, una serie ambientada en el Club de Mar de Mallorca enfrentaba la delicadeza del cuerpo humano a la solidez de las estructuras industriales.

La exposición culminaba en la planta superior con una imagen poderosa: una sirena emergiendo desde una raíz, junto al mar. Un cierre simbólico que condensaba la esencia del universo artístico de Cóndor: feminidad, fuerza, naturaleza y emoción.
La muestra permanecerá abierta durante dos meses. Cada viernes, a partir de las 18:30, el público podrá repetir la experiencia con música en vivo en el corazón del casco antiguo de Palma.










