Barceló recalca que “es esencial que los autobuses de la EMT sigan llegando a la Plaça Major».
El Pi – Proposta per les Illes Balears ha expresado su inquietud ante el proyecto de reforma de la Plaça Major de Palma, especialmente por las posibles repercusiones en la movilidad urbana.
La formación advierte sobre el impacto que puede tener la peatonalización de la zona adyacente a La Rambla y la reubicación de los accesos al aparcamiento subterráneo, incluida en el plan del Ayuntamiento.
Catalina Barceló, presidenta de El Pi Palma, ha recogido las preocupaciones de los comerciantes del entorno y ha alertado sobre la necesidad de garantizar el acceso tanto del transporte público como de los vehículos particulares.
“Es esencial que los autobuses de la EMT sigan llegando a la Plaça Major para mantener un servicio público eficiente. Además, los vehículos deberían poder acceder hasta el final de La Rambla, con espacio para girar y continuar su marcha sin provocar atascos”, ha declarado Barceló.
El actual proyecto contempla eliminar el acceso principal al aparcamiento, proponiendo en su lugar túneles de entrada desde los carriles de La Rambla, con el fin de reducir la presencia de coches en superficie y dar más protagonismo a los peatones.
Aunque El Pi valora los esfuerzos del Ayuntamiento por mejorar el espacio urbano y hacerlo más accesible, recalca que estos cambios no deben perjudicar al transporte público ni dificultar la circulación de los vehículos privados.
“Pedimos al Ayuntamiento que tenga en cuenta estas consideraciones y busque un equilibrio entre la mejora estética y funcional de la Plaça Major y las necesidades reales de movilidad de los ciudadanos”, ha concluido Barceló.