Ha deseado una feliz Navidad y un próspero 2026 a todos los mallorquines y mallorquinas.
El presidente del Consell de Mallorca, Llorenç Galmés, ha aprovechado su tradicional mensaje de Navidad para lanzar un discurso de fondo, cargado de contenido político, social y cultural, con un llamamiento claro a la lealtad institucional y al trabajo conjunto por el bien común de la isla. Lo ha hecho desde la Residencia Miquel Mir de Inca, en un escenario cargado de simbolismo, poniendo en el centro a las personas más vulnerables y a los grandes retos que afronta Mallorca.
Un llamamiento a la responsabilidad institucional
Galmés ha afirmado que no se quedará de brazos cruzados ante los desafíos que marcan el presente y el futuro de Mallorca. Movilidad, turismo, vivienda y crisis migratoria han ocupado un lugar central en su intervención. Especialmente esta última. El presidente ha vuelto a expresar su preocupación por lo que ha definido como un drama humano que se cobra demasiadas vidas en el mar y que, según ha denunciado, Mallorca afronta en solitario.
Galmés ha recordado que el Consell lleva tiempo advirtiendo de que el sistema de protección de menores está al límite, sin que hasta ahora haya llegado la ayuda necesaria por parte de otras administraciones. Ante esta situación, ha reclamado cooperación, coordinación y lealtad institucional. Un mensaje directo. Sin ambigüedades. Con un objetivo claro: trabajar juntos por el bien de todos los mallorquines y mallorquinas.
Las personas vulnerables
El presidente ha querido que su mensaje de Navidad tuviera un marcado carácter social. No es casual que lo pronunciara desde una residencia pública. Allí ha felicitado las fiestas tanto a las personas usuarias como a los profesionales que trabajan cada día en la atención y el cuidado de quienes más lo necesitan.
En este contexto, Galmés ha repasado algunos de los principales hitos alcanzados durante el último año. Entre ellos, la creación de 100 nuevas plazas de residencias públicas y el inicio de las reformas de dos centros emblemáticos: La Bonanova y la Llar de Ancianos. Actuaciones que, ha subrayado, refuerzan el compromiso del Consell con una atención digna y de calidad.
Más inversión social y nuevos servicios
El mensaje ha incluido anuncios relevantes. El presidente ha avanzado un incremento de hasta 100 millones de euros para reforzar y ampliar la red residencial de Mallorca. Una inversión destinada a la apertura de dos nuevos centros de día, uno en Palma y otro en Inca, que permitirán ampliar la atención a personas mayores.
Además, Galmés ha recordado que el próximo año se concertarán 80 nuevas plazas para personas con discapacidad. A ello se suma la puesta en marcha de un programa pionero en todo el Estado: un servicio de atención domiciliaria para niños y jóvenes con discapacidad intelectual o trastornos de conducta, dotado con 100 plazas. Una iniciativa que sitúa a Mallorca a la vanguardia de la atención social especializada.
También ha destacado la creación del programa “Ca meva”, orientado a facilitar el acceso a la vivienda a personas con discapacidad y en riesgo de exclusión social, ubicado en el entorno de las Hermanitas de Palma. Un proyecto que conecta políticas sociales y vivienda, dos de los grandes retos actuales.
Tradición, identidad y cultura compartida
El discurso ha cerrado con una clara defensa de las tradiciones. Galmés ha reivindicado el belén como un símbolo que encarna valores fundamentales de la cultura mallorquina: solidaridad, tolerancia y libertad. En este sentido, ha puesto en valor un Nadal ben mallorquí impulsado desde el Consell.
Entre las iniciativas destacadas, la declaración de las neules como bien de interés cultural inmaterial y la recuperación del belén de la Sang tras una década sin exhibirse. Dos gestos que, según el presidente, refuerzan las raíces, la identidad y el patrimonio cultural de Mallorca.










