‘Cazadores de imágenes’ ofrece una nueva intriga este miércoles por la noche en laSexta.
La naturaleza no espera y tampoco avisa. Este miércoles, laSexta vuelve a lanzarse a la aventura con una nueva entrega de ‘Cazadores de Imágenes’. El formato ha irrumpido con fuerza en el prime time gracias a su mezcla explosiva: adrenalina real, respeto por la vida salvaje y el suspense de una sola oportunidad para obtener la fotografía perfecta.
El fotógrafo y aventurero Gotzon Mantuliz cambia ahora el objetivo terrestre por las profundidades del océano. No viaja solo. Lo acompaña Mamen Mendizábal, una periodista que deja el plató para enfrentarse a una selva marina donde el decorado no se puede controlar y los protagonistas pesan más de 800 kilos.

Un reto a pulmón: tiburones tigre y un océano sin filtros
Nada de resorts de folletos turísticos. Aquí no hay cócteles ni hamacas. Mantuliz y Mendizábal se instalan en un campamento austero, a merced de un mar poderoso, para pasar días enteros tras un objetivo único: retratar a un tiburón tigre en plena libertad, sin interferir en el entorno natural.
Bucean durante horas. Repiten inmersiones. Analizan comportamientos. Esperan justo el instante decisivo en el que la luz, la postura del animal y la seguridad del equipo permitan disparar. Una fotografía. Una sola, pero eterna.
Como si fuera poco, el capítulo les lleva a una travesía de más de 24 horas en busca del evasivo tiburón ballena. Paciencia, resistencia física, precisión técnica… y sangre fría.
La propia Mendizábal lo resume con un suspiro que pesa más que una crónica: “Ha sido una de las mejores semanas de mi vida.”
El programa que ha conquistado a la audiencia
‘Cazadores de Imágenes‘, producido por Atresmedia y 7 y Acción, se ha convertido en una apuesta ganadora en su primera temporada. Lidera frente a su competidor directo, con una media de 532.000 espectadores, un 5,8 por ciento de share, y más de 1,5 millones de seguidores únicos. En su público más atractivo, el target comercial, sube hasta 6,6 por ciento.
La fórmula funciona: adrenalina sin montaje forzado, naturaleza sin artificios y un reto que no depende del guión, sino de la vida salvaje.
Invitados que se enfrentan a sí mismos
Cada episodio elige un animal y un viajero. Arturo Valls rastrea al lince ibérico. Mario Vaquerizo convive con gorilas. Silvia Abril bucea entre móbulas. Patricia Conde pisa territorio de osos en Alaska. Miguel Ángel Muñoz, selva adentro, persigue jaguares y anacondas.
El animal marca el pulso. El entorno decide la historia. Y los invitados descubren partes de sí mismos que no existen frente a una cámara, sino frente a un rugido, una mirada de depredador o el silencio de la selva.
Un objetivo de película: National Geographic
La culminación no es un aplauso del público. No es una audiencia. Es una fotografía publicada en National Geographic. Un honor reservado solo a quienes conquistan la naturaleza sin perturbarla, a quienes observan sin invadir, a quienes entienden que el respeto es la estrategia más valiente.











