Pancartas con el lema ‘Salvem la Plaça de Lloseta’ se han convertido en la decoración de los balcones del municipio reivindicando la defensa de un espacio estratégico.
La tradicional decoración navideña de Lloseta este año llega acompañada de un mensaje claro y contundente: la defensa de su Plaça. Los vecinos del municipio han colgado pancartas en sus balcones como una iniciativa que busca visibilizar el rechazo a cualquier modificación que pueda alterar este espacio emblemático del pueblo.
En las pancartas, estratégicamente ubicadas por todo el pueblo, se lee un mensaje directo: “Salvem la Plaça de Lloseta”, acompañado del escudo que preside la Plaça y su icónica escalera de acceso. Este lema, sencillo pero cargado de significado, refleja la oposición de los llosetins a los planes del Ayuntamiento liderado por la batlessa, a quien instan a escuchar las demandas ciudadanas.
Más de 1.300 firmas para salvar la Plaça
El malestar de los habitantes de Lloseta no es nuevo. En los últimos meses, la comunidad ha protagonizado una activa campaña de recogida de firmas, entregando más de 1.300 rúbricas en el consistorio como muestra del rechazo popular. Sin embargo, los vecinos lamentan que ni esta acción ni el apoyo de entidades como ARCA, especializada en la defensa del patrimonio, hayan conseguido cambiar la postura de la batlessa y su equipo.
“Es incomprensible que el respeto por la historia, el sentido común y las voces del pueblo no sean suficientes para detener esta iniciativa. La Plaça no solo es un espacio físico; es un símbolo de nuestra identidad, un lugar donde se guardan los recuerdos más importantes de nuestras vidas”, expresan desde el movimiento vecinal.
La Plaça de Lloseta no es solo un espacio urbano; es un escenario de momentos históricos y cotidianos para los vecinos, un lugar donde confluyen tradición, cultura y memoria colectiva. Según ARCA, cualquier transformación que altere su aspecto supondría una pérdida irreparable para el patrimonio del municipio.
Los vecinos insisten en que preservar la Plaça tal como es no solo responde a una cuestión estética, sino también emocional y cultural. Por ello, exigen que la alcaldesa reconsidere su posición y renuncie de manera definitiva a los planes de transformación.