Recuerdan que la hostelería aporta el 6,8 por ciento del PIB nacional.
En el Día de Santa Marta, patrona de los hosteleros, Restauración Mallorca CAEB reivindica el papel esencial del sector en la economía, la identidad y la vida social del archipiélago. La fecha, celebrada cada 29 de julio en numerosos municipios de España y Europa, sirve para visibilizar la labor diaria de miles de establecimientos que, además de generar empleo y riqueza, mantienen vivas las tradiciones y la cohesión social de los territorios.
Según datos nacionales, la hostelería representa el 6,8 % del PIB español y emplea en verano a más de dos millones de personas, y en Baleares, donde el turismo y la restauración están estrechamente ligados, el sector genera actualmente más de 45.000 empleos directos, según los últimos datos del Ibestat. Solo en el primer semestre de 2025, el archipiélago ha superado los 6,5 millones de visitantes internacionales, muchos de los cuales identifican la oferta gastronómica y la cultura de bares y terrazas como uno de los principales atractivos del destino.
“En Baleares tenemos una cultura profundamente vinculada a la restauración, desde los bares de pueblo hasta los restaurantes más innovadores. Cada establecimiento representa un espacio de encuentro, de diálogo y de pertenencia”, señala Juan Miguel Ferrer, presidente de Restauración Mallorca CAEB. “Defendemos la hostelería no solo como actividad económica, sino como red social y cultural que vertebra nuestro territorio”.
España lidera el ranking europeo en número de habitantes por bar, con 175 personas por establecimiento, por delante de países como Francia o Italia. Este dato no es casual. “Nuestro modelo de hostelería es único y nos distingue del resto de los países competidores: los bares, restaurantes y cafeterías forman parte del ADN social. Son escenarios cotidianos de convivencia, donde se comparten celebraciones, debates, despedidas, comienzos y rutinas”, afirma José Luis Álvarez Almeida, presidente de Hostelería de España.
“Tenemos más de 300.000 empresas en todo el país que cada día levantan la persiana con vocación de servicio. Por eso Santa Marta, patrona de la hospitalidad y la atención al otro, representa tan bien a nuestro sector”, expresa José Luis Álvarez Almeida. “No hay otro sector con tanta cercanía a las personas, con tanto compromiso, incluso en los momentos más difíciles”.
Durante la pandemia, en emergencias climáticas o en circunstancias adversas como el reciente apagón en Valencia, los establecimientos hosteleros han actuado como espacios-refugio y puntos de apoyo comunitario. Una función social muchas veces invisible pero decisiva para la cohesión del entorno.
Además, la hostelería es también un potente escaparate del producto local y de la cadena agroalimentaria. En Baleares, el impulso a la cocina de kilómetro cero y al producto de temporada está cada vez más presente en las cartas de los restaurantes, reforzando el valor añadido del destino.
Según datos de Turespaña, cerca de 15 millones de turistas visitaron España en 2024 por motivos gastronómicos, con un gasto medio un 20 % superior al de otros visitantes. En el caso balear, la oferta gastronómica ha ganado peso como argumento turístico diferencial, situándose como uno de los principales reclamos de la campaña estival.
Pero más allá del turismo, el valor de la hostelería se evidencia en el día a día. Según el estudio “La importancia social de la hostelería”, elaborado por la Asociación Estatal de Directoras y Gerentes en Servicios Sociales, los bares y restaurantes favorecen la seguridad urbana, previenen el aislamiento, fomentan las relaciones intergeneracionales y generan sensación de pertenencia.
“Estamos orgullosos de representar a un sector que aporta tanto a nuestra comunidad”, ha concluido Ferrer. “La hostelería es la industria de la felicidad, pero también una herramienta de bienestar colectivo, una red de acogida, y un símbolo de lo que somos como sociedad”.