Marratxí epicentro en Mallorca con más de doscientos puestos, actividades familiares y un claro protagonismo del producto local y la artesanía balear.
La XXIV Fira de Tardor de Marratxí ha reunido este fin de semana a miles de vecinos y visitantes en una edición caracterizada por el buen tiempo, la participación ciudadana y la diversidad de propuestas. La cita se consolida como uno de los eventos más representativos del calendario local, con más de doscientos puestos, actividades familiares y un claro protagonismo del producto local y la artesanía balear.
Un escaparate del producto local y la identidad de Marratxí
La plaza de Sant Marçal y la explanada de La Verònica, en Sa Cabaneta, se convirtieron el domingo en el epicentro de una jornada que ha puesto en valor la economía local y la tradición artesana. Con más de doscientos puestos de venta y treinta y cinco expositores de producto local, la Fira de Tardor volvió a mostrar la fortaleza de un modelo basado en la producción de proximidad, la cultura popular y la sostenibilidad.








Entre los artículos más destacados figuraban joyas, infusiones, cuchillos y piezas de barro o madera, acompañados de música en directo, talleres, espectáculos y degustaciones tradicionales como la llet d’ametlla. El evento, que combinó ocio y promoción económica, refuerza la apuesta del municipio por la economía circular y el consumo responsable, dos ejes que ganan terreno en el contexto actual de inflación y encarecimiento de costes.
Tradición, cultura y participación
El programa incluyó actividades que apelan al sentimiento de comunidad marratxinera: talleres de elaboración de llet d’ametlla, actuaciones del Conjunto Instrumental de la Escuela Municipal de Música, ball de bot del grupo Engalba, charangas y la tradicional Ballada dels Gegants.
Los gigantes Na Bet y En Marçal, símbolos de Marratxí, abrieron el desfile festivo que recorrió el recinto ferial, recordando el peso de las raíces en una sociedad que combina modernidad y respeto por la tradición.
El espacio infantil también fue clave para mantener la vocación familiar del encuentro. Hinchables, pintacaras, talleres de barro, exposiciones de bonsáis y canarios, así como una muestra de clubes deportivos locales, completaron la oferta. La feria, según los asistentes, se ha convertido en un punto de encuentro intergeneracional donde se refuerzan los lazos sociales del municipio.










