Son Sant Joan ha llevado a cabo un simulacro general de accidente aéreo para medir su capacidad de respuesta ante una emergencia real.
Palma ha vivido este miécoles una jornada de máxima alerta —aunque simulada—. El Aeropuerto de Son Sant Joan ha activado todos sus protocolos de emergencia para enfrentarse a un escenario hipotético: un avión que, tras despegar, solicita regresar por problemas técnicos y acaba accidentándose en las inmediaciones de la cabecera 24L.
El Plan de Emergencia Aeronáutica, presente en todos los aeropuertos gestionados por Aena, tiene un propósito claro: reducir al mínimo el impacto de un accidente, proteger a las personas y los bienes, y restablecer la operativa lo antes posible. El ejercicio, de carácter general, ha servido para comprobar la eficacia de este sistema, que se somete periódicamente a revisión y actualización.
Desde la torre de control se ha activado la alerta al Centro de Gestión Aeroportuaria (CGA), que ha movilizado todos los equipos implicados. En cuestión de minutos, se ha constituido el Puesto de Mando Avanzado en el lugar del supuesto siniestro y se ha activado el Plan Territorial de Protección Civil de las Islas Baleares (PLATERBAL), asegurando la coordinación entre las instituciones locales, autonómicas y estatales.
El despliegue ha sido total. Han participado los Servicios de Salvamento y Extinción de Incendios del Aeropuerto, el personal de Aena, compañías aéreas, agentes handling, Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, y diversas empresas que operan en Son Sant Joan. A ellos se han sumado los bomberos del Ayuntamiento de Palma y del Consell de Mallorca, el contraincendios militar, Enaire, 061-SAMU, y el Grupo de Intervención Psicológica en Emergencias y Catástrofes, junto con voluntarios de Protección Civil y equipos forenses y judiciales.
El 112 y la Dirección General de Emergencias e Interior también han desempeñado un papel clave en la simulación, garantizando la correcta comunicación entre todos los agentes implicados.
Este tipo de ejercicios permiten evaluar con precisión la coordinación entre los distintos organismos y detectar posibles áreas de mejora. La capacidad de reacción, la velocidad de respuesta, la comunicación interinstitucional y la atención a víctimas son factores críticos que se ponen a prueba en tiempo real.
Además, el simulacro sirve para reforzar la formación del personal aeroportuario y sensibilizar a todos los actores sobre la importancia de mantener los protocolos activos y actualizados. “En una emergencia real, cada segundo cuenta”, destacan desde Aena, subrayando la necesidad de una coordinación fluida y eficaz entre todos los cuerpos operativos.










