Ha tenido lugar en conmemoración de la festividad de San Onofre, onomástica que tradicionalmente se celebra el 12 de junio.
Con motivo de la festividad de San Onofre, que se celebra el 12 de junio, un grupo de ‘Nofres’ de Mallorca se ha reunido un año más en un conocido restaurante de Villafranca para disfrutar de una agradable cena de amistad y compañerismo.
Se trata de un encuentro muy especial porque para poder participar hay que cumplir un requisito: llamarse Onofre. En esta ocasión, y ya van nueve ediciones de esta cita, han acudido 21 mallorquines con este nombre para conmemorar su onomástica y dar visibilidad a un nombre tradicional que lamentablemente está en retroceso.
Durante la velada, ha habido muchas risas y bromas del estilo «Avui paga en Nofre». Se ha conversado también de la cena del año que viene, que será la décima edición de estos encuentros, y los Onofres asistentes han asumido el reto de localizar más personas con este nombre e invitarlas a la celebración del año 2026.
Una cuestión llamativa sobre la que se habló en la cena es el caso de las Onofras. Se comentaba que posiblemente la última mujer con este nombre residía en Santanyí, tía de uno de los presentes, pero ya falleció. Los asistentes a la cena piensan que ya no queda ninguna ‘Nofra’, por lo menos en Mallorca. Posiblemente haya alguna en Ibiza, ya que después de Mallorca es la isla con más Onofres, considerablemente más que Menorca.
Se da la circunstancia que se contabilizan unos 1.400 Onofres en España, estando al parecer algo más de una tercera parte en las Islas Baleares. Tras las islas, las regiones con más personas que se llaman Onofre son las provincias de Valencia y Murcia, probablemente porque cuentan con unos pequeños municipios cuyo patrón es precisamente San Onofre.
Con buen humor, camaradería y el compromiso de seguir sumando Onofres, esta peculiar cita demuestra que la identidad también se celebra alrededor de una mesa. Así, la cena de ‘Nofres’ se va consolidando como una experiencia singular que combina la celebración personal con la reivindicación colectiva de un nombre que forma parte del patrimonio cultural de Mallorca. Más allá de la anécdota, eventos como este contribuyen a mantener vivas nuestras raíces, reafirmando la importancia de conservar y dar valor a nuestra herencia colectiva, un legado que debe ser preservado para las generaciones futuras.